Más de la mitad de los consumidores leen los comentarios y opiniones antes de adquirir un producto o servicio. Recientemente, autoridades británicas investigan a empresas británicas que generan críticas fraudulentas para beneficiar a su marca o dañar a otras.
La investigación está siendo realizada por la Autoridad de la Competencia y Mercado (CMA) y detalla que el 54% de los adultos del Reino Unido suelen leer comentarios online antes de la adquisición de cualquier producto o servicio, mientras que un 6% ingresan a blogs o videoblogs.
Se entiende que en el país británico, los consumidores gastan alrededor de 14,400 millones de libras esterlinas al año (20,200 millones de euros) en viajes y hoteles, luego de haber leído las críticas sobre productos o servicios.
La CMA ha señalado tres tipos de «prácticas potencialmente engañosas», realizadas por las empresas:
- críticas falsas en webs de reseñas, sobre uno mismo o sobre empresas de la competencia.
- críticas negativas, verdaderas, que no llegan a ser publicadas, ya que la web de reseñas avisa antes a la empresa para que resuelva el problema. Según la CMA, este proceso puede acabar favoreciendo al cliente afectado que escribió la queja, pero el resto de los usuarios pueden tener una imagen menos completa acerca de lo que dicen los consumidores sobre ese negocio.
- Empresas que pagan por comentarios aprobatorios en blogs sin que este hecho quede claro para los consumidores.
Perjudicar al rival o chantajes
Respecto a las críticas falsas, la CMA revela la existencia de negocios que tratan de perjudicar a la competencia con críticas falsas así como de clientes que amenazan a empresas con publicar comentarios online críticos si no obtienen a cambio un descuento. Este fenómeno afecta desde hoteles a entidades financieras.
En un reportaje de la BBC, «Online reviews ‘used as blackmail'», se revela la existencia de empresas o personas que se encargan de puntuar favorablemente, o escribir comentarios positivos sobre algunas empresas, sin nunca haber adquirido el producto o servicio en cuestión. Usualmente se cobra entre 5 dólares la pieza.
Fuente: Hosteltur