Las recientes medidas anunciadas por el gobierno (Cuarentena Nacional por Semana Santa) seguirán afectando al turismo y a la hotelería en el país, alertó el vicepresidente de la Sociedad Hoteles del Perú (SHP), Ricardo Bracale.
Afirmó que la Semana Santa constituye una fuente de ingresos muy importante para las empresas hoteleras y turísticas, especialmente para los establecimientos de provincias.
“Las medidas tomadas por el gobierno afectarán severamente a la industria que actualmente emplea más de un millón de trabajadores”, manifestó el alto ejecutivo.
Al respecto, Bracale recordó que desde hace más de seis meses, la SHP viene solicitando medidas urgentes al gobierno, que ayuden a menguar en algo la afectación económica que padecen las empresas hoteleras y turísticas.
Las medidas más urgentes comprenden:
– La reducción del horario del toque de queda
– La apertura de los servicios complementarios de los hoteles cuyo protocolo fue aprobado hace meses
– La eliminación temporal del ITAN, impuesto que obliga a las empresas hoteleras a seguir financiando la caja del estado, cuando estas están a pérdida
– La reducción temporal del impuesto predial, dado que los activos no generan valor
– La ampliación del periodo de gracia del Reactiva Perú.
– La implementación de una línea de crédito de largo plazo que permita a la industria recuperarse
El vicepresidente de la Sociedad Hoteles del Perú manifestó que la reacción del gobierno fue solamente extender el periodo de gracia del Reactiva Perú a empresas pequeñas (como medida general), dejando de lado a las medianas y las grandes, algunas que posiblemente quebrarán ante la indolencia de nuestras autoridades.
“Es sorprendente que el gobierno haya promovido el uso del Reactiva Perú como medida para preservar el empleo, fomentando el endeudamiento de muchas empresas de hotelería y turismo para después no permitir la operación de estas, empujándolas a una crisis sin precedentes”, denunció.
Asimismo, agregó que el gobierno prometió eliminar la cuarentena obligatoria de los visitantes que arriben al país para después cambiar de opinión y solicitar una prueba adicional en Perú para liberar a los visitantes de tal obligación.
“Una prueba que no tiene razón técnica alguna pues se realiza 72 horas después de la que deben realizarse en su país de origen antes de iniciar el viaje”, argumentó.
Indicó que los diversos gremios que componen CANATUR de manera independiente y también en forma conjunta expusieron al gobierno la realidad del sector, con nula receptividad.
“Es tan poca la receptividad que no se nos ha tomado en cuenta en el diseño de las medidas que se han impuesto (sin sustento razonable o explicación técnica) para esta Semana Santa, nuevamente dejándonos en el olvido. Es urgente un cambio”, finalizó.